El Sufismo (en idioma árabe تصوف tasawwuf) es una de las denominaciones que se han dado al aspecto esotérico del Islam.
El término sufismo es usado en Occidente para referirse, por un lado a la espiritualidad islámica denominada Tasawwuf, que incluye diferentes movimientos ortodoxos y heterodoxos del Islam. También es usado para definir grupos esotéricos desvinculados del Islam, como algunas formas de sincretismo new age. En el ámbito de algunas universidades islámicas hace referencia a la psicología islámica (el conocimiento del alma y su purificación, donde también se denomina tazkiyyat al-nafs) y en ocasiones se confunde con el ajlāq, que se suele entender como moral, pero que en su concepción clásica indica la nobleza de carácter. En el ámbito tradicional islámico el tasawwuf al-islamí ha denominado la espiritualidad islámica, es decir, aquella faceta, conocimientos, métodos, formas y ritos que, dentro del contexto del Islam, se han dedicado a las cuestiones del espíritu, la purificación del alma, a la metafísica, a la interpretación interior de los preceptos islámicos, a la relación de Dios con el Cosmos. Mientras que la filosofía islámica se centró en objetivos parecidos desde el punto de vista de un conocimiento especulativo y racional, el tasawwuf incide en la práctica y la experiencia intuitiva, para así conseguir un conocimiento directo de las realidades espirituales (tahqīq) a través del desvelamiento (kashf) y la inspiración (ilham). Por otro lado, el tema principal del sufismo es la consecución (o realización) de la proximidad a Dios (qurba) o la santidad (walaya), lo cual lo diferencia de otras formas de espiritualidad islámica.
El término sufismo es usado en Occidente para referirse, por un lado a la espiritualidad islámica denominada Tasawwuf, que incluye diferentes movimientos ortodoxos y heterodoxos del Islam. También es usado para definir grupos esotéricos desvinculados del Islam, como algunas formas de sincretismo new age. En el ámbito de algunas universidades islámicas hace referencia a la psicología islámica (el conocimiento del alma y su purificación, donde también se denomina tazkiyyat al-nafs) y en ocasiones se confunde con el ajlāq, que se suele entender como moral, pero que en su concepción clásica indica la nobleza de carácter. En el ámbito tradicional islámico el tasawwuf al-islamí ha denominado la espiritualidad islámica, es decir, aquella faceta, conocimientos, métodos, formas y ritos que, dentro del contexto del Islam, se han dedicado a las cuestiones del espíritu, la purificación del alma, a la metafísica, a la interpretación interior de los preceptos islámicos, a la relación de Dios con el Cosmos. Mientras que la filosofía islámica se centró en objetivos parecidos desde el punto de vista de un conocimiento especulativo y racional, el tasawwuf incide en la práctica y la experiencia intuitiva, para así conseguir un conocimiento directo de las realidades espirituales (tahqīq) a través del desvelamiento (kashf) y la inspiración (ilham). Por otro lado, el tema principal del sufismo es la consecución (o realización) de la proximidad a Dios (qurba) o la santidad (walaya), lo cual lo diferencia de otras formas de espiritualidad islámica.
El Sufismo es el viaje del buscador hacia Allah. Este tránsito consiste en reconocer que la ciencia y la acción son igualmente necesarias, ya que un conocimiento que no se pone en práctica es locura. Es la vía del saboreo, de la experiencia inmediata, de contemplar las cosas tal como son y vivirlas y sentirlas con los cinco sentidos, especialmente, con el órgano del corazón (el "sexto sentido"); porque es la intuición del corazón la que nos proporciona el saboreo de los estados espirituales, en plena conciencia real y verdadera.
El Sufismo es una vía personal y social, en donde el ego se purifica de los defectos del carácter. De este modo, el corazón se desmantela de todo aquello que no es Allah, para estar en el constante recuerdo de Él.
El sufí es aquella persona que ha alcanzado la meta del camino espiritual: la santidad; es decir, la proximidad y la amistad con el Gran Amigo y Amado, Allah. Los demás, son buscadores y aspirantes en el Camino.
Al que sigue esta vía se le llama pobre, faquir, porque la "pobreza" en la vida espiritual es un estado imprescindible y necesario para llegar a ser santo o wali. La naturaleza de esta "pobreza" no es material. La mayor pobreza es el miedo a ser pobres en cualquier sentido. Nosotros somos pobres y Allah es el que todo lo posee. Si reconocemos que somos dependientes de Él y aceptamos Su decreto, entonces alcanzaremos la paz. De ahí las palabras del Mensajero de Allah, (s.a.w.a), quien dijo:"Quien me ama de verdad, que se apreste a la pobreza, porque ésta le sobrevendrá más rápido que el caudal de un río bajando por la ladera de una montaña".
El Sufismo es una vía personal y social, en donde el ego se purifica de los defectos del carácter. De este modo, el corazón se desmantela de todo aquello que no es Allah, para estar en el constante recuerdo de Él.
El sufí es aquella persona que ha alcanzado la meta del camino espiritual: la santidad; es decir, la proximidad y la amistad con el Gran Amigo y Amado, Allah. Los demás, son buscadores y aspirantes en el Camino.
Al que sigue esta vía se le llama pobre, faquir, porque la "pobreza" en la vida espiritual es un estado imprescindible y necesario para llegar a ser santo o wali. La naturaleza de esta "pobreza" no es material. La mayor pobreza es el miedo a ser pobres en cualquier sentido. Nosotros somos pobres y Allah es el que todo lo posee. Si reconocemos que somos dependientes de Él y aceptamos Su decreto, entonces alcanzaremos la paz. De ahí las palabras del Mensajero de Allah, (s.a.w.a), quien dijo:"Quien me ama de verdad, que se apreste a la pobreza, porque ésta le sobrevendrá más rápido que el caudal de un río bajando por la ladera de una montaña".
Prácticas sufíes.
Prácticas comunes:
Las prácticas de los sufíes no se diferencian en muchos aspectos de la del resto de los musulmanes, puesto que en casi todos los turuq se hace hincapié en las prácticas comunes a todos los musulmanes como son a plegaria ritual, la limosna, el ayuno o la peregrinación entre los ritos obligatorios, aunque también se insiste en otro aspectos que son considerados como beneficiosos, como son la recitación del Corán, el recuerdo de Dios (dhikr), el consejo espiritual, la solidaridad, la compañía espiritual, la enseñanza de los principios de la religión,... En este sentido la diferencia es en caso todos los casos una diferencia de grado, tanto cualitativo como cuantitativo. Aunque existen diferencias según la tariqa, lo que caracteriza a los sufíes son, por ejemplo, la insistencia en los actos de adoración obligatorios (fara'id) y la práctica y la insistencia en aquellos que son voluntarios (nawa'fil). Así se prodigan en las plegarias voluntarias, como son las oraciones nocturnas (qiyam al-layl), el recuerdo de Dios en todo estado, los ayunos voluntarios, la búsqueda de conocimiento,... Pero junto a ello tiene también importancia que tales actos se hagan con una sinceridad absoluta (ijlas) y que se correspondan con un trabajo interior de atención (muraqaba), de entrega a Dios (tawakkul), de contentamiento (rida), de presencia (hudur), que conduzca a estados interiores de progresiva purificación del alma (nafs) y de conocimiento de la Realidad divina (haqiqa).
Prácticas específicas:
Dentro de estas prácticas hay unas que son de carácter individual, como pueden ser la recitación de una determinada letanía o modelo de recuerdo de Dios característico, denominado wird, que es la base de la mayoría de los turuq y uno de los elementos más importantes de las prácticas de los iniciados. Por otro lado existen prácticas comunitarias que incluyen a los miembros de una misma tariqa. Entre las prácticas que caracterizan a las órdenes sufíes están las sesiones de recuerdo (dhikr), las de audición espiritual (sama') y las de danza espiritual (hadra o imara).
Las sesiones de recuerdo o dhikr, también conocidas como maylis, son reuniones en las que la comunidad de iniciados recuerdan mutuamente a Dios de diferentes métodos que pueden variar, aunque básicamente incluyen la recitación del Corán, la invocación de diversos nombre divinos, una exposición o enseñanza sobre algún aspecto religioso o espiritual o incluso la lectura compartida de algún texto, como por ejemplo la historia de Mushkil Gusha.
Otro tipo de práctica es la audición espiritual (sama'), que en muchas ocasiones se incluye en la anterior. Consiste, en la mayoría de las ocasiones, en la recitación de poesía de temática espiritual o sagrada, que tiene como ánimo permitirle al alma un grado de apertura a los significados sutiles (lata'if). Estas prácticas suelen hacer uso de poesía sufí tanto en árabe como en otros idiomas como el persa o el turco, ... y dependiendo de la tariqa incluye o no instrumentos de música o no, o simplemente percusión, aunque el elemento más importante no deja de ser nunca la voz humana.
Prácticas comunes:
Las prácticas de los sufíes no se diferencian en muchos aspectos de la del resto de los musulmanes, puesto que en casi todos los turuq se hace hincapié en las prácticas comunes a todos los musulmanes como son a plegaria ritual, la limosna, el ayuno o la peregrinación entre los ritos obligatorios, aunque también se insiste en otro aspectos que son considerados como beneficiosos, como son la recitación del Corán, el recuerdo de Dios (dhikr), el consejo espiritual, la solidaridad, la compañía espiritual, la enseñanza de los principios de la religión,... En este sentido la diferencia es en caso todos los casos una diferencia de grado, tanto cualitativo como cuantitativo. Aunque existen diferencias según la tariqa, lo que caracteriza a los sufíes son, por ejemplo, la insistencia en los actos de adoración obligatorios (fara'id) y la práctica y la insistencia en aquellos que son voluntarios (nawa'fil). Así se prodigan en las plegarias voluntarias, como son las oraciones nocturnas (qiyam al-layl), el recuerdo de Dios en todo estado, los ayunos voluntarios, la búsqueda de conocimiento,... Pero junto a ello tiene también importancia que tales actos se hagan con una sinceridad absoluta (ijlas) y que se correspondan con un trabajo interior de atención (muraqaba), de entrega a Dios (tawakkul), de contentamiento (rida), de presencia (hudur), que conduzca a estados interiores de progresiva purificación del alma (nafs) y de conocimiento de la Realidad divina (haqiqa).
Prácticas específicas:
Dentro de estas prácticas hay unas que son de carácter individual, como pueden ser la recitación de una determinada letanía o modelo de recuerdo de Dios característico, denominado wird, que es la base de la mayoría de los turuq y uno de los elementos más importantes de las prácticas de los iniciados. Por otro lado existen prácticas comunitarias que incluyen a los miembros de una misma tariqa. Entre las prácticas que caracterizan a las órdenes sufíes están las sesiones de recuerdo (dhikr), las de audición espiritual (sama') y las de danza espiritual (hadra o imara).
Las sesiones de recuerdo o dhikr, también conocidas como maylis, son reuniones en las que la comunidad de iniciados recuerdan mutuamente a Dios de diferentes métodos que pueden variar, aunque básicamente incluyen la recitación del Corán, la invocación de diversos nombre divinos, una exposición o enseñanza sobre algún aspecto religioso o espiritual o incluso la lectura compartida de algún texto, como por ejemplo la historia de Mushkil Gusha.
Otro tipo de práctica es la audición espiritual (sama'), que en muchas ocasiones se incluye en la anterior. Consiste, en la mayoría de las ocasiones, en la recitación de poesía de temática espiritual o sagrada, que tiene como ánimo permitirle al alma un grado de apertura a los significados sutiles (lata'if). Estas prácticas suelen hacer uso de poesía sufí tanto en árabe como en otros idiomas como el persa o el turco, ... y dependiendo de la tariqa incluye o no instrumentos de música o no, o simplemente percusión, aunque el elemento más importante no deja de ser nunca la voz humana.
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