Se utiliza desde hace, por lo menos, 3.000 años. Los sacerdotes del antiguo Egipto lo conocían como medicina y como ungüento o crema para embalsamar. De hecho, lo empleaban para "conservar" las vísceras de los faraones.
Más tarde lo utilizaron los griegos como remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones. Aristóteles habla de él en su historia de animales. También fue aplicado por los Incas en cuadros de infecciones febriles, y por los franceses (en los siglos XVIII y XVI), en el tratamiento de llagas.
Su máxima utilización se dio durante la Guerra de los Boers, en África del Sur (inmediatamente antes de la Primera Guerra Mundial), alrededor del año 1.900, en el tratamiento de heridas infectadas y como sustancia cicatrizante... y su utilización se ha mantenido hasta llegar a nuestros días.
Mucho se habla de su importancia como complemento de la alimentación, debido a sus propiedades inmunoestimulantes, lo que aumenta la resistencia del organismo a infecciones; además de que los flavonoides o materias colorantes son una de las sustancias más activas de su composición con carácter antiséptico.
Por su composición suele recomendarse en caso de afecciones respiratorias recurrentes o en cualquier situación en la que las defensas del organismo están bajas.
A los griegos les debemos su nombre: pro, significa "delante de", y polis, que quiere decir "ciudad". Esto se traduce como "defensas antes de la ciudad" o "defensor de la ciudad".
Descripción: El Propóleo o Própolis es una mezcla compleja de sustancias de origen vegetal elaborada por las abejas a partir de sustancias resinosas que recogen de las yemas de árboles, arbustos y plantas.Es resinosa, gomosa y balsámica, de consistencia viscosa; dependiendo de su origen y del tiempo transcurrido después de la recogida de la colmena presenta un color de amarillo verdoso a pardo, castaño o casi negro. Tiene un aroma dulce y sabor amargo.Su origen puede ser externo (procedente de sustancias resinosas de las yemas de las plantas), interno (procedente de la regurgitación por parte de las abejas de sustancias resinosas que hay en el polen,a través de sus mandíbulas, para luego terminar de procesarla al interior de la colmena con sus secreciones (ceras y secreciones salivares)). o mixto (la abeja procesa las sustancias resinosas, una vez triturado el bálsamo de polen).Las abejas utilizan el própolis como defensa de la colmena (mantienen la asepsia por sus propiedades antibióticas, antiinfecciosas, protegiéndolas de virus , bacterias, hongos(Por eso, sus productores la venden como un "antibiótico natural")) , para construir la colmena (rellenan ranuras, tapan fisuras y orificios y endurecen las zonas de puesta de huevos) y para mantener la temperatura (como aislante térmico del frío y del calor).Se han encontrado al interior de las colmenas ratas embalsamadas con própolis y mariposas rígidas y cubiertas por esta sustancia. Esto, debido a que gracias a la acción antimicrobiana del própolis no existe una descomposición del cadáver que pueda crear infecciones al interior del colmenar. La colmena, de hecho, es uno de los lugares más estériles conocidos en la naturaleza.
Desde el punto de vista nutritivo, la composición química del Propóleo es bastante compleja y depende de la fuente vegetal. Sin embargo, básicamente se compone de un 50 - 55% de resinas y bálsamos, 30 - 40% de cera de abeja, 5 - 10% de aceites esenciales o volátiles, 5% de polen y 5% de materiales diversos (orgánicos y minerales).
Junto a esto, se han identificado más de 160 compuestos, de los cuales un 50% son compuestos fenólicos, a los cuales se les atribuye acción farmacológica. Los principales fenoles identificados son:
1. Flavonoides (flavonas, isoflavonas, flavononas).
2. Ácidos aromáticos y sus ésteres (ácido cafeico, cinámico y otros).
3. Aldehídos aromáticos (vainillina e isovainillina).
4. Cumarinas.
5. Triglicéridos fenólicos.
Existe otro grupo de compuestos y elementos minerales que se encuentran en cantidades casi inapreciables, y que son muy importantes en la actividad biológica del propóleo y en el metabolismo celular. En este grupo destacan la provitamina A y algunas vitaminas del complejo B, en especial la vitamina B3 o nicotinamida; además de lactonas, polisacáridos, aminoácidos y otras sustancias aún no identificadas.
El Propóleo presenta una consistencia variable dependiendo de su origen y de la temperatura. Hasta 15ºC es duro y se torna más blando y moldeable a medida que aumenta la temperatura. Su punto de fusión varía entre 60ºC a 70ºC, llegando en algunos casos hasta 100ºC.
Su color también varía. Va de amarillo claro a marrón oscuro, pasando por una gran cantidad de tonos castaños. Dependiendo del origen vegetal puede presentar color pardo a negro.
Generalmente su olor es agradable y dulce. En algunos casos predomina el olor vegetal, mientras que en otros es más fuerte el olor a cera. Eso sí, cuando se quema sale una fragancia de resinas aromáticas. Su sabor... más bien amargo.
Se comercializa envasado como extracto, aceites, comprimidos, cremas o utilizado en cosméticos y otros productos farmacéuticos. Es importante que sea almacenado en un lugar fresco y seco, y en recipientes muy bien cerrados.
Más tarde lo utilizaron los griegos como remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones. Aristóteles habla de él en su historia de animales. También fue aplicado por los Incas en cuadros de infecciones febriles, y por los franceses (en los siglos XVIII y XVI), en el tratamiento de llagas.
Su máxima utilización se dio durante la Guerra de los Boers, en África del Sur (inmediatamente antes de la Primera Guerra Mundial), alrededor del año 1.900, en el tratamiento de heridas infectadas y como sustancia cicatrizante... y su utilización se ha mantenido hasta llegar a nuestros días.
Mucho se habla de su importancia como complemento de la alimentación, debido a sus propiedades inmunoestimulantes, lo que aumenta la resistencia del organismo a infecciones; además de que los flavonoides o materias colorantes son una de las sustancias más activas de su composición con carácter antiséptico.
Por su composición suele recomendarse en caso de afecciones respiratorias recurrentes o en cualquier situación en la que las defensas del organismo están bajas.
A los griegos les debemos su nombre: pro, significa "delante de", y polis, que quiere decir "ciudad". Esto se traduce como "defensas antes de la ciudad" o "defensor de la ciudad".
Descripción: El Propóleo o Própolis es una mezcla compleja de sustancias de origen vegetal elaborada por las abejas a partir de sustancias resinosas que recogen de las yemas de árboles, arbustos y plantas.Es resinosa, gomosa y balsámica, de consistencia viscosa; dependiendo de su origen y del tiempo transcurrido después de la recogida de la colmena presenta un color de amarillo verdoso a pardo, castaño o casi negro. Tiene un aroma dulce y sabor amargo.Su origen puede ser externo (procedente de sustancias resinosas de las yemas de las plantas), interno (procedente de la regurgitación por parte de las abejas de sustancias resinosas que hay en el polen,a través de sus mandíbulas, para luego terminar de procesarla al interior de la colmena con sus secreciones (ceras y secreciones salivares)). o mixto (la abeja procesa las sustancias resinosas, una vez triturado el bálsamo de polen).Las abejas utilizan el própolis como defensa de la colmena (mantienen la asepsia por sus propiedades antibióticas, antiinfecciosas, protegiéndolas de virus , bacterias, hongos(Por eso, sus productores la venden como un "antibiótico natural")) , para construir la colmena (rellenan ranuras, tapan fisuras y orificios y endurecen las zonas de puesta de huevos) y para mantener la temperatura (como aislante térmico del frío y del calor).Se han encontrado al interior de las colmenas ratas embalsamadas con própolis y mariposas rígidas y cubiertas por esta sustancia. Esto, debido a que gracias a la acción antimicrobiana del própolis no existe una descomposición del cadáver que pueda crear infecciones al interior del colmenar. La colmena, de hecho, es uno de los lugares más estériles conocidos en la naturaleza.
Desde el punto de vista nutritivo, la composición química del Propóleo es bastante compleja y depende de la fuente vegetal. Sin embargo, básicamente se compone de un 50 - 55% de resinas y bálsamos, 30 - 40% de cera de abeja, 5 - 10% de aceites esenciales o volátiles, 5% de polen y 5% de materiales diversos (orgánicos y minerales).
Junto a esto, se han identificado más de 160 compuestos, de los cuales un 50% son compuestos fenólicos, a los cuales se les atribuye acción farmacológica. Los principales fenoles identificados son:
1. Flavonoides (flavonas, isoflavonas, flavononas).
2. Ácidos aromáticos y sus ésteres (ácido cafeico, cinámico y otros).
3. Aldehídos aromáticos (vainillina e isovainillina).
4. Cumarinas.
5. Triglicéridos fenólicos.
Existe otro grupo de compuestos y elementos minerales que se encuentran en cantidades casi inapreciables, y que son muy importantes en la actividad biológica del propóleo y en el metabolismo celular. En este grupo destacan la provitamina A y algunas vitaminas del complejo B, en especial la vitamina B3 o nicotinamida; además de lactonas, polisacáridos, aminoácidos y otras sustancias aún no identificadas.
El Propóleo presenta una consistencia variable dependiendo de su origen y de la temperatura. Hasta 15ºC es duro y se torna más blando y moldeable a medida que aumenta la temperatura. Su punto de fusión varía entre 60ºC a 70ºC, llegando en algunos casos hasta 100ºC.
Su color también varía. Va de amarillo claro a marrón oscuro, pasando por una gran cantidad de tonos castaños. Dependiendo del origen vegetal puede presentar color pardo a negro.
Generalmente su olor es agradable y dulce. En algunos casos predomina el olor vegetal, mientras que en otros es más fuerte el olor a cera. Eso sí, cuando se quema sale una fragancia de resinas aromáticas. Su sabor... más bien amargo.
Se comercializa envasado como extracto, aceites, comprimidos, cremas o utilizado en cosméticos y otros productos farmacéuticos. Es importante que sea almacenado en un lugar fresco y seco, y en recipientes muy bien cerrados.
Propiedades del Propóleo:
1.- Actividad bactericida y bacteriostática frente a Staphylococcus aureus, Escherichia coli.
2.- Actividad antivírica.
3.- Cicatrizante: acelera la división celular, activando el tejido de granulación. Esto lo hace muy eficaz en la curación de heridas, tiene además actividad antiinflamatoria.
4.- Propiedades antioxidantes.
5.- Desodorante: se utiliza para eliminar olores de la boca, sistema digestivo...
6.- Mejora la permeabilidad capilar y protege el sistema venoso.
7.-Antiinflamatorio y antirreumático: el propóleo actúa sobre la inflamación que se produce en las enfermedades reumáticas regulando los oligoelementos en desequilibrio, aumenta los niveles de azufre y reduce los de cobre.
8.- Protector de la mucosa gástrica: por su riqueza en flavonoides.
9.- Inmunoestimulante.
10.- Actividad antifúngica, antiparasitaria y antiprotozoaria.
Gracias a estas propiedades el propóleo ha demostrado ser útil en diferentes problemas:
¿Para qué dolencias específicas sirve el propóleo, según sus fabricantes?:
.Ginecología:Llagas uterinas, inflamaciones vaginales y picazones. Para estos casos son muy buenos los lavados de propóleo diluido en agua.
.Sistema nervioso: Estados depresivos, insomnio, nerviosismo.
.Afecciones reumáticas:Poliartritis, osteoartritis, artritis reumatoídea, artrosis, lupus, cardiopatías reumáticas.
.Aparato circulatorio: El propóleo combina efectos vaso-dilatadores e hipotensores, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la tensión arterial. Estos efectos se logran con el uso regular, no debiendo esperarse efectos mágicos en caso de crisis hipertensivas.
.Vías respiratorias: Anginas, faringitis, rinitis, sinusitis, laringitis, asma. Aftas bucales, abcesos dentales. Resfriados, gripes, tos y turbeculosis. Neuritis de los nervios auditivos, otitis media aguda, inflamaciones del oído medio.
Es un antibiótico de amplio espectro que no produce disbacteriosis y que se ha ganado merecidamente la fama de efectivo antigripal. Su acción antiinflamatoria y anestésica lo convierte en eficaz protector de la garganta y las cuerdas vocales.
.Aparato digestivo: Ulceras gástricas (es de gran ayuda para combatir a la bacteria "Helicobacter Pylori" que se cree que es la responsable de esta enfermedad), diverticolitis, gastritis, enfermedad de Crohn y diarrea de candidiosis intestinal. En este aspecto ejerce múltiples acciones: normaliza el peristaltismo intestinal, regula el apetito, ayuda a la regeneración de úlceras, es protector hepático y previene la parasitosis.
.Dermatología: Micosis u hongos de la piel, llagas, ulceraciones y alergias. Acné, sabañones, psoriasis, dermatitis de etiología bacteriana, nicótica o viral. Manchas de la piel, estrías (y para evitarlas), leprosis. Su notable capacidad cicatrizante, desinfectante y antiinflamatoria lo hace indicado para heridas, quemaduras y afecciones de la piel. También resulta óptimo como fungicida de amplio espectro.
.Odontología: Incrementa la salud bucal por sus principios antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios. Además estimula la generación de la dentina (esmalte dental) e impide la formación de caries y placa bacteriana.
¿Para qué dolencias específicas sirve el propóleo, según sus fabricantes?:
.Ginecología:Llagas uterinas, inflamaciones vaginales y picazones. Para estos casos son muy buenos los lavados de propóleo diluido en agua.
.Sistema nervioso: Estados depresivos, insomnio, nerviosismo.
.Afecciones reumáticas:Poliartritis, osteoartritis, artritis reumatoídea, artrosis, lupus, cardiopatías reumáticas.
.Aparato circulatorio: El propóleo combina efectos vaso-dilatadores e hipotensores, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la tensión arterial. Estos efectos se logran con el uso regular, no debiendo esperarse efectos mágicos en caso de crisis hipertensivas.
.Vías respiratorias: Anginas, faringitis, rinitis, sinusitis, laringitis, asma. Aftas bucales, abcesos dentales. Resfriados, gripes, tos y turbeculosis. Neuritis de los nervios auditivos, otitis media aguda, inflamaciones del oído medio.
Es un antibiótico de amplio espectro que no produce disbacteriosis y que se ha ganado merecidamente la fama de efectivo antigripal. Su acción antiinflamatoria y anestésica lo convierte en eficaz protector de la garganta y las cuerdas vocales.
.Aparato digestivo: Ulceras gástricas (es de gran ayuda para combatir a la bacteria "Helicobacter Pylori" que se cree que es la responsable de esta enfermedad), diverticolitis, gastritis, enfermedad de Crohn y diarrea de candidiosis intestinal. En este aspecto ejerce múltiples acciones: normaliza el peristaltismo intestinal, regula el apetito, ayuda a la regeneración de úlceras, es protector hepático y previene la parasitosis.
.Dermatología: Micosis u hongos de la piel, llagas, ulceraciones y alergias. Acné, sabañones, psoriasis, dermatitis de etiología bacteriana, nicótica o viral. Manchas de la piel, estrías (y para evitarlas), leprosis. Su notable capacidad cicatrizante, desinfectante y antiinflamatoria lo hace indicado para heridas, quemaduras y afecciones de la piel. También resulta óptimo como fungicida de amplio espectro.
.Odontología: Incrementa la salud bucal por sus principios antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios. Además estimula la generación de la dentina (esmalte dental) e impide la formación de caries y placa bacteriana.
Contraindicaciones:
Ninguna. No se han detectado reacciones alérgicas, ni toxicidad por sobredosis. Se ha demostrado perfectamente compatible y hasta complementario de otras prácticas terapéuticas.
Precauciones:
El Propóleo no es aconsejable en casos de asma bronquial alérgica, ya que puede empeorar los síntomas.
Cuidados:
Cuidados:
Para mantener sus propiedades requiere que se lo preserve de la luz y de la temperatura, dada las delicadas características biológicas de sus componentes.